El conflicto magisterial observado
hoy en día por varios puntos de nuestro país, y que ha encontrado su sede en
Morelos, es un signo más de la polarización política que vive el país pero
sobre todo una crisis de sus instituciones. Sin embargo, entre las diversas
razones de unos y otros, hay un hecho que está, en el fondo del conflicto y que
nadie cuestiona: el humanismo en la educación.
Humanismo, es un acto
de formación y reencuentro del hombre con su esencia; consiste en reflexionar y
velar por que el hombre se eduque humano y no un inhumano o un bárbaro, es
decir, fuera de sus valores y esencia. Sin embargo el humanismo va mas allá de
lo que cultural e históricamente se ha planteado. Significa un profundo
conocimiento del ser humano, educado en valores, con características intelectuales
que se pueden cultivar y acrecentar, con sentimientos, emociones, programas
educativos acordes a una necesidad social y humana y necesidades físicas de
espiritualidad y de sociabilidad.
El hombre, según
Frenando Savater, pasa por dos
gestaciones: la primera, que le da la vida; la segunda, la educación y es a
través de ellas que se construye la interrelación entre hombre y sociedad, por
lo tanto, es obligación de la sociedad preparar al hombre para su integración a
ella, para transformarla y desarrollarla.
Balmes que “la
educación es al hombre lo que el molde al barro, le da forma”, la educación
intelectual tiene su origen en el estimulo de los sentimientos a lo largo de la
formación. A través de la educación que
aportan tanto la sociedad, la escuela y la familia, al niño se le puede educar
o maleducar con acción y omisión, con ausencia y con presencia, o como diría Aristóteles. “por exceso o por
defecto de mimos y tentaciones.
La escuela tiene como
principal objetivo proporcionar una educación formal mediante un proceso
integral de carácter intencional, planificado y sistematizado, que se
concretiza en un currículo oficial y se aplica en calendario y horario
definido. No obstante. La educación formal no es autónoma de la educación
externa negativa que proviene de la sociedad y su entorno, junto ala cual ha
tenido que sobrevivir e incluso competir. Esta ultima entorpece contradice y
desvalorizara los fundamentos
pedagógicos del proceso educativo. Esto se manifiesta con la gama de
información no adecuada, que resulta más atractiva para los niños y los
jóvenes, a través del cine, la televisión, la calle y la información de la
Internet. Dicha educación, lejos de formar, deforma y lejos de educar,
deseduca.
La tarea de educar es
de todos, por eso como docentes, padres de familia y sociedad en general,
apliquemos estos conocimientos teóricos propuestos y muchos más, pongámoslos en
práctica en la casa, en la calle, en la escuela y en todo lugar, vivamos con
valores, actuemos con apego a principios éticos, seamos mas reflexivos con
neutros hijos, con nuestros maestros, con nuestros alumnos, con todos los que
conformamos esta sociedad, seamos mas abiertos, menos directivos, actuemos sin
inhibiciones de sociedades tradicionalistas, fomentemos el espíritu de
cooperación, basado en respeto y reconocimientos mutuos, seamos mas humanos, que nos ayude a demostrar los
sentimientos, emociones y aspiraciones, para lograr vivir con trabajo pero
sobre todo con dignidad y amor a nosotros mismos, y finalmente, a los maestros
y padres de familia, enaltezcan el verdadero valor de educar, cuya meta no solo
es lograr mejores profesionistas si no mejores seres humanos.
publicado a la(s) 24/10/2008 20:27 por Mich Iriarte [ actualizado el 24/10/2008 ]
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